Autoridades de INDAP destacaron avances y planificaron próximos pasos del programa que busca fortalecer la permanencia y capacidad productiva de la juventud rural.
En una jornada de evaluación encabezada por la directora regional de INDAP Los Ríos, Alejandra Bartsch, junto a jefes de área, encargados del programa y el equipo regional de Fomento y Operaciones, se realizó la primera revisión del avance del programa piloto “Mi Primer Negocio Rural”, una innovadora iniciativa que busca entregar herramientas y apoyo concreto a jóvenes emprendedores del mundo silvoagropecuario.
La evaluación, de carácter positiva, permitió constatar el alcance y la relevancia del programa, que surgió para responder a un vacío en la oferta pública dirigida a las nuevas generaciones rurales. En una región donde la mayoría de los usuarios de INDAP supera los 50 años, esta iniciativa representa una apuesta concreta por asegurar el relevo generacional, promover el arraigo rural y potenciar la creación de negocios sostenibles y con identidad territorial.
“Con una inversión total que supera los 639 millones de pesos, este programa ha permitido que 108 jóvenes rurales, de los cuales 60 son mujeres, desarrollen ideas de negocio con base en asesoría técnica, capacitaciones, capital de trabajo e inversión crítica. Esto no solo genera oportunidades reales de desarrollo para las juventudes del campo, sino que también fortalece el tejido productivo de nuestras comunidades”, señaló la directora regional de INDAP, Alejandra Bartsch.
El proceso comenzó con una amplia convocatoria en febrero de 2024, que logró reunir más de 260 postulaciones en toda la región. Luego de un proceso de admisibilidad, capacitación en metodología Canvas y evaluación de proyectos, fueron seleccionadas 108 iniciativas en diversos rubros como producción animal, hortalizas, turismo rural, agroprocesados, entre otros.
Para asegurar la implementación exitosa de cada proyecto, INDAP adjudicó la asesoría a la empresa consultora INGENIAS, cuyo plan de trabajo contempla 18 meses de apoyo continuo con mentorías personalizadas, asesorías contables y tributarias, giras técnicas, capacitaciones grupales y acompañamiento para la postulación a nuevos fondos.
Miriam Verdejo, encargada regional del programa, valoró los aprendizajes de esta primera fase y adelantó que “en los próximos meses seguiremos acompañando a cada joven en el desarrollo de su negocio, con un enfoque muy práctico, basado en visitas prediales y asesoría directa. Además, ya estamos trabajando en el diseño de una segunda convocatoria para 2025, incorporando las lecciones aprendidas de esta primera experiencia”.
El programa “Mi Primer Negocio Rural” ha demostrado ser una herramienta efectiva para empujar la renovación del campo chileno con más equidad de género, mayor innovación y una mirada estratégica que pone en el centro la permanencia de la juventud en el territorio.