La Directora del programa Advance de la carrera de psicología de la Universidad San Sebastián sede Valdivia, Estefanía Catalán, se refirió a las posibles afectaciones mentales que podrían vincularse al cambio de horario y entregó diversas recomendaciones para enfrentar la modificación.
Como ya es de conocimiento público, este sábado 1 de abril los relojes deberán ser retrasados en una hora al llegar las 23:59, debido a la modificación horaria que ha establecido el Gobierno para este año.
El cambio podría generar diferentes afectaciones mentales, es por ello que la Directora del programa Advance de la carrera de psicología de la USS, Estefanía Catalán, explicó que los principales impactos podrían observarse en la concentración de las personas debido a la somnolencia y en los estados anímicos asociados a irritabilidad, melancolía y ansiedad.
Considerando que Valdivia se caracteriza por la lluvia y los días nublados, la profesional aseguró que la población podría experimentar emociones vinculadas a los estados depresivos.
“Hay evidencia de que el clima afecta anímicamente. Principalmente en emociones asociadas a los episodios depresivos. Para enfrentar esta situación, se sugiere aumentar la actividad física, realizar actividades de ocio y, en algunos casos que corresponda, consultar a médico, ya que la Vitamina D podría estar baja y eso impacta de forma negativa al ánimo”, especificó Catalán.
Para evitar los efectos negativos asociados al cambio de horario, la psicóloga recomendó cuidar “la higiene del sueño. Lo ideal es hacer un cambio gradual en los hábitos de alimentación y sueño previo al cambio horario. Dos o tres días posterior al cambio, hay que tratar de disminuir la actividad, evitar el consumo de café y bebidas energéticas durante las tardes para no tener dificultad al conciliar el sueño y dormir entre 7 a 8 horas diarias. Además, hay que acostarse en un horario fijo, dejando, al menos, media hora antes la exposición a pantallas o dispositivos electrónicos y mantener una alimentación saludable”.
Las personas que tengan afecciones graves deben poner especial atención al cambio de estación, ya que “podría afectarles más que a la población normal, como en pacientes epilépticos, en aquellas que sufren cefaleas, personas con problemas de tipo cognitivo, lactantes y personas mayores, las cuales tienden a resentir más estos cambios. No obstante, en población no clínica, podría generar efectos similares a los del Jet Lag”, agregó la profesional.
Para finalizar, Catalán llamó a acudir a un profesional de la salud mental si es que observa decaimiento del ánimo de manera tal que afecte las actividades de la vida diaria en más de un contexto, tales como en las relaciones familiares o en el trabajo.
