El predio Rucapichiu, en la comuna de Máfil, sede del Centro de Innovación
Colaborativa (CIC), ya cuenta con un Plan Maestro para guiar su
transformación en un campus demostrativo de innovación territorial. Este
instrumento permite coordinar acciones, maximizar la eficiencia del uso del
espacio y fortalecer el ecosistema productivo local, con énfasis en el apoyo
a micro y pequeños emprendedores del sector silvoagroalimentario.
Contar con un Plan Maestro es clave para ordenar el crecimiento y asegurar que
las intervenciones en el territorio generen sinergias reales. Así lo expresa el
documento de presentación del proyecto: “si bien podemos reunir muchos y
virtuosos instrumentistas, si estos no cuentan con una partitura y un director, lo
más probable es que la suma de individualidades no conforme una armonía”.
Aplicado al territorio, se trata de evitar que iniciativas bien intencionadas operen de
manera aislada, sin generar los efectos deseados, detallan.
El Plan Maestro es una herramienta de planificación estratégica flexible que
contempla una imagen objetivo, una cartera de proyectos, etapas de gestión y
estrategias de implementación. En el caso del predio Rucapichiu, se busca
consolidar un espacio que promueva la innovación en productos
silvoagroalimentario con sello territorial, fortaleciendo la identidad alimentaria
regional, la soberanía alimentaria y el uso sostenible de los recursos.
Aarón Napadensky, director del Laboratorio de Estudios Urbanos y Territoriales de
la Universidad del Bío-Bío, institución ejecutora del plan, explicó que este proyecto
representa un anhelo de largo aliento para la Región de Los Ríos. Indicó que se
proyecta un desarrollo a 10 años y que el predio –de unas 40 hectáreas del ex
liceo Máfil– fue adquirido especialmente por el Gobierno Regional para albergar
esta iniciativa.
“El proyecto está enfocado principalmente al micro y pequeños productores, con
productos que tengan un sello territorial, y que estén siempre dentro del amparo
de la denominación de origen”, sostuvo Napadensky. Y agregó que uno de los
objetivos clave es que estos emprendedores puedan “prototipar innovaciones
silvoagroalimentarias”, tales como nuevas variedades de papas o hongos
comestibles, considerando también los efectos del cambio climático.
Asimismo, destacó la importancia del rol del Gobierno Regional en el
financiamiento y liderazgo del proyecto: “el Gobierno Regional va financiando los
distintos estudios (…) la inversión esperamos que vaya siendo un partenariado
Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R), es un proyecto financiado por el Gobierno
Regional de Los Ríos y su Consejo Regional, ejecutado por el Laboratorio de Estudios Urbanos de la
Universidad del Bío-Bío.
siempre público-privado para poder darle una cierta viabilidad económica a este
proyecto”.
Entre las próximas etapas del plan, Napadensky señaló que viene la mejora de las
instalaciones existentes, la consolidación de huertos demostrativos, invernaderos,
y un centro de eventos, además de la conservación de cerca de 20 hectáreas de
bosque nativo como reserva ecológica para asegurar la carbono neutralidad del
proyecto. Además explicó que la iniciativa se consolidará bajo el nombre oficial de
Centro de Innovación Colaborativa, predio Rucapichiu.
Al respecto, el Gobernador Regional, Luis Cuvertino, subrayó la relevancia de esta
iniciativa, que busca fortalecer la innovación y la producción agrícola en la región.
“La innovación y la tecnología han sido siempre ejes centrales de nuestra gestión,
porque entendemos que son herramientas fundamentales para impulsar la
productividad y el desarrollo del sector silvoagroalimentario. La soberanía
alimentaria es una de nuestras prioridades, y en ese marco, generar tecnología e
innovación desde nuestra región representa una ventaja estratégica para avanzar
con identidad y sostenibilidad”.
Este proyecto es financiado por el Gobierno Regional de Los Ríos y su Consejo
Regional, a través del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-
R), mandatado por la Corporación Regional de Desarrollo Productivo y ejecutado
por el Laboratorio de Estudios Urbanos de la Universidad del Bío-Bío.